Aquel lugar se encontraba a nueve horas de coche de Madrid y no sabía muy bien a qué atenerme. Una reseña en El País sobre “la rapa das bestas”, un rito con caballos que iba a celebrarse en Galícia, atrajo mi atención. “Machismo” era una de las palabras que garabateé en un papel como algo representativo del carácter español que deseaba plasmar en imágenes. Naturalmente, lo que primero me vino a la mente fue el toreo, pero quería encontrar otros modos de expresión del machismo.
El artículo trataba sobre un acontecimiento anual en el que los hombres debían derribar a los caballos salvajes y raparles las crines. De este modo, evitaban que quedaran atrapados en la maleza y además vendían las crines para fabricar pinceles. Por supuesto, el dinero procedente de la venta iba a parar a la iglésia. Parecía una interesante fusión de historia y cultura y, por otra parte, una excelente manera de plasmar el machismo a través de la acción de un acontecimiento real… Quizás… El artículo era breve y no entraba en detalles. La “rapa das bestas” iba a celebrarse el domingo. Salí de Madrid un viernes por la tarde. Tenía planeado dormir en la furgoneta el viernes por la noche para avistar la silueta pétrea y gris de Sabucedo el sábado por la tarde. Conseguir información fiable siempre ha sido la cruz de mi trabajo. Lograr fotografías convincentes es una labor menos ardua que averiguar lo que va a ocurrir, El qué, el cuándo y el cómo sucederá realmente acaparan toda mi atención. En esta faceta de mi trabajo, soy como un detective que reúne pequeños retales de información y los va recomponiendo para poder estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado. (…) Y naturalmente los habitantes del lugar no entienden qué busco ni por qué extraña razón un extranjero loco pertrechado con una cámara hace esas absurdas preguntas.
Alguien me dijo que el rito se celebraba en las laderas cercanas a Sabudeco. Me subí de un salto a la furgoneta y conduje hacia las laderas… Nada. Regresé a la ciudad y volví a preguntar. Sí, llevaban a los caballos a un curro situado justo a la salida de la ciudad… De nuevo en la furgoneta, tomé la otra carretera. Veo a unos hombres correr por una ladera… Salto de la furgoneta y echo a correr hacia ellos. Persiguen y acorralan a las bestias a pie. No paro de correr, entrechocándose las cámaras. Los hombres se aproximan a una manada, rodeándola. Silbidos estridentes, ruido de cascos, polvo espeso. Los conducen al curro. Hombres polvorientos, marcados por la intemperie, que se pasan la petaca unos a otros. Hombres haciendo lo que más les gusta…Trabajando juntos como hermanos… el machismo personificado… los héroes de Sabucedo… las estrellas del espectáculo. No paro de disparar pero me da la impresión de estar perdiéndome imágenes por todos los lados… Cálmate, una cosa detrás de otra… Resulta tan fácil distraerse en la vorágine de los acontecimientos… Céntrate en una cosas… Captura la esencia… Atrápala… Retírate… Entra… Fúndela… Métete… Quédate fuera… Acostúmbrate al ritmo con rapidez… Decide cuándo debes entrar y cuando debes apartarte… Alternar pasividad y agresividad… Debo prever acciones que no he visto jamás. Los hombres derriban a los caballos… Los espectadores manifiestan su aprobación… Han derribado a un caballo, le cortan las crines…Suelen hacer faltan cinco o seis hombres para derribar un caballo. El polvo suspendido en el aire crea una luz suave y mágica. Soy el único fotógrafo presente… No sé si estoy aquí para mis lectores o simplemente porque me gusta la intensidad de la situación. Quién sabe… Probablemente ambos. (…)
©David Alan Harvey |
Si, Carlos, debiéramos ponernos en contexto. Por ésa época, en plena Transición, Cristina García Rodero, Cristóbal Hara o Koldo Chamorro (mas otros autores no tan conocidos, como María Ángeles Sánchez o César Barba), recorrían la Península de punta a punta para fotografiar fiestas y rituales "olvidados", tomando por libro de cabecera un ensayo de Julio Caro Baroja -el sobrino de Pío Baroja- sobre los rituales ancestrales ibéricos. Y allí tambíen estaba David Alan Harvey, como un autor muy apreciable, pero no el único "en el curro".
Ahora todo esto ya es historia. Nuestra historia, que no sólo se nutre de acontecimientos políticos y grandes fastos; también de proyectos fotográficos como "La España Oculta". Creo que los reporteros "antropólogos" actuales españoles tienen unos grandes precedentes, como poco equiparables a los de las potencias fotográficas, como EE.UU. , Reino Unido o Francia. Y eso está muy bien, ¿no?
Un abrazo.
Rafa gracias por tus palabras siempre aleccionadoras, pues claro que está muy bien…
Como no alegrarse de que tu país tenga una tradición de fotografos como los que cuentas, a los que yo añadiría entre otros a Ramón Masats… del que tengo pendiente una entrada desde hace demasiado…
Enhorabuena por esta interesante entrada, Carlos.
Que tengamos referencias en nuestro país, de grandes fotógrafos, como bien apunta nuestro querido Rafa Badia, está muy bien; sin duda.
Te animo, en lo de la entrada dedicada a Ramón Masats.
Un abrazo.
Gracias Jordi por animarme a escribir sobre el maestro…a ver si lo hago en breve.
Adelante Carlos , jo tambien espero tus post sobre grandes de la fotografia .
Hola y muchas gracias Carlos por tu blog. Me enteré de el por una amiga mia que me lo comentó justamente en el curro da Rapa das Bestas de Sabucedo, donde estube con David Alan Harvey en ese año. David llegó a España para hacer un reportaje de la España preelectoral, viajó por toda España y en Galicia se quedó con nosotros mas tiempo del que tenía pensado, me parece que le presentamos bien cual era la situación del pais desde nuestro punto de vista de estudiantes. En el curro que citas de fotógrafos profesionales sólo estaba él, después había un equipo de cine francés y algunos aficionados como yo. Se alegró mucho cuando lo dejaron fotografiar dentro del curro. Ayer la cosa habían cambiado algo, había unos 100 fotógrafos y cámaras acreditados, además de innumerables aficionados, en curro había crecido en espectadores y la feria también. Conversando con David esos días nos decía que le gustaban mucho los caballos y estaba muy contento del reportaje que había fotografiado en Sabucedo que era uno de los que mas le gustaba. Lástima que ayer no hubiese ese polvo que les dío un toque especial a sus fotos, pero estos días llovió en Galicia. No lo podemos tener todo!