Lleida, 1976.

Me empezó a llamar la atención la fotografía por su capacidad de revivir momentos y estados de ánimo, era algo así como un estímulo para mi memoria.

Siempre me ha gustado viajar acompañado tan solo de una cámara fotográfica… como si ella fuera una especie de confidente. Los destinos importan pero tampoco tanto, lo realmente enriquecedor era y es todo el proceso.

Más tarde empecé a fotografiar en mi propia ciudad, Barcelona, y el llevar una cámara encima se convirtió en un hábito. Conocí a otros fotógrafos con inquietudes similares y en el año 2010 -en una época en la que la fotografía de calle en este país no era conocida- cinco fotógrafos fundamos un colectivo llamado Calle 35. Rafa Badia fue el guía y otros lo seguimos, fue un bonito camino que terminó en 2016. Durante todo ese periodo participamos en diversas exposiciones, realizamos talleres, conocimos a más fotógrafos… buenos momentos en su mayoría aunque también sufrimos decepciones. Me parece que lo disfrutamos.

Las aficiones o las pasiones hay que cuidarlas y creo que a veces hay que separarse para coger perspectiva y retomarlas con cariño así que por fin este año he conseguido darle forma a mis trabajos en formato web, intentando disfrutar en el camino… mi camino.

No tengo premios, así que imagino que no debo ser un buen fotógrafo… en cualquier caso, no voy a dejar de fotografiar solo por eso…