Esta es la tímida presentación de un proyecto que pude realizar en la ciudad de New York, siendo más exactos en el metro de la ciudad. Como declaración de intenciones, escribo:

Los desplazamientos en la ciudad se hacen larguísimos, durante los primeros trayectos incluso hacen gracia pero con el paso del tiempo (no me imagino como debe ser para los estresados neoyorquinos) la pesadez de cada trayecto se incrementa exponencialmente. Mucha paciencia, cansancio y una especie de estado de apesadumbramiento invaden la atmósfera de vagones y estaciones.