Fotografia racional y fotografía emocional

“Si dividiéramos por su lugar de nacimiento en dos grupos a los autores de las descripciones de ciudades que se han hecho hasta el momento, quedarían en franca minoría los que han nacido y crecido en dichas ciudades”

              Walter Benjamin, “El paseo del flâneur”

Hay ciudades de las que conocemos como eran en el pasado gracias a los viajes realizados por escritores extranjeros que posteriormente redactaban con precisión sus vivencias amparándose en lo que más les llamaba la atención, lo más pintoresco o quizás exótico. En cambio el interés de los que han nacido y crecido en esas mismas ciudades siempre se mezcla con sus propios recuerdos, quizás podríamos pensar que tienen un componente emocional más marcado.

Con el paso de los años aparecen otras maneras de explicar el mundo, y hubo un tiempo en el que se explicaba el mundo a través de la imagen fotográfica. Fue en ese tiempo cuando podríamos obtener varios ejemplos de lo que trato de explicar.

La crónica más reconocida de la sociedad estadounidense la realizó un suizo en los años 50 a través de un reportaje con fotografías de street en forma de reportaje conocido como “Los americanos”.

 

©Robert Frank

La street no es solo el guiño o la broma fácil, quizás esas imágenes son las que más gustan a la gente pero a mi menos me interesan, ya que en el segundo o tercer visionado están agotadas. Las fotografías de “Los americanos” son fotografías hechas en la calle -en la mayoría de casos- y nos explican más allá de la estética y la composición como era la sociedad estadounidense entre los años 1954 y 1956. Quizás en su época las imágenes serían banales, pero como tantas veces se ha dicho dentro de los integrantes de Calle 35, para que la fotografía adquiera poso necesita del paso del tiempo.

 

©Robert Frank

Continuemos con nuestro recorrido histórico y nos detenemos en William Klein y su aplaudido trabajo sobre New York (1954-1955). Ya sabemos que Klein es americano pero quizás es un caso especial pues estuvo muchos años viviendo en Francia y cuando regresó a su New York natal percibió su ciudad como si realmente no lo fuera. Fotografías emocionales, con un encuadre agresivo pero perfectamente compuestas que nos explican a flor de piel que es lo que sucedía en las calles.

 

©William Klein

©William Klein

Hay muchísimo más ejemplos, aunque podemos encontrar una fantástica dualidad con Estambul. Vista por un extranjero, Alex Webb, o por un autóctono – Ara Güler. Color, blanco y negro y dos estilos diferentes pero que nos muestran perfectamente las calles estambulís.

Alex Webb explica las calles de la ciudad como nadie, uno después de ver sus fotografías puede casi “recordar” que es lo que se puede encontrar en esa ciudad maravillosa de ríos y afluentes humanos caóticos casi constantes.

 

©Alex Webb

Ara Güler –si os dais cuenta- explica la ciudad de un modo más emocional, más pausado y melancólico. Al ser autoctono le permite recrearte en tus intenciones, te permite volver una y otra vez hasta conseguir lo que el fotógrafo desea con el paso del tiempo y eso es algo contra lo que un extranjero no puede combatir por mucho que regrese una y otra vez.

 

©Ara Güler

©Ara Güler

En España, también tenemos nuestros ejemplos de autóctonos que nos explican nuestras calles. Català-Roca, Miserachs, Joan Colom… y tantos otros lo hacen, pero permitidme que me detenga un instante en Gonzalo Juanes.

Precursor del color en nuestro país, quiso explicar la sociedad de su Asturias natal a través de sus diapositivas.

 

©Gonzalo Juanes

Por cierto una curiosidad, ¿que tendrán los domingueros para aparecer de forma intermitente en este tipo de trabajos?

 

©Gonzalo Juanes

©Robert Frank

Cuando el fotógrafo viaja el extranjero, a una ciudad que no conoce, se encuentra receptivo y atento a todo lo que le rodea y invariablemente busca lo diferente. Lo que le llama la atención porque en su ciudad eso no sucede o lo hace de forma diferente.

Nuevos espacios, vestimentas diferentes, semblantes llamativos o raciales pueden ser algunos de los motores… lo novedoso, lo diferente.

Cuando el fotógrafo se encuentra en su ciudad, tiene que luchar contra la monotonía, tiene que abrir los ojos y observar lo que ya dejó de ver hace tiempo por repetitivo, rutinizado o por desinterés. Requiere de un esfuerzo mental añadido. Muchos fotógrafos son incapaces de hacer una sola fotografía en su propia ciudad.

No es fácil pero es un buen ejercicio. Forzarse a mirar para ver.

Viene como anillo al dedo la Semana Santa, se de fotógrafos españoles que tienen proyectos personales de las procesiones italianas. Me parece bien, yo me voy a la Parroquia de Sant Jaume con la Comunidad del Cordero a realizar –desde hace ya dos años- un reportaje que voy alimentando con fotografías que expliquen el evento, sus participantes y las emociones que sienten los mismos. Cuando realizo el reportaje y me muevo en ese entorno, no creo que busque cosas muy diferentes a mis fotografías callejeras.

¿Son imágenes de street? ¿son reporterísticas? No se, mi actitud es la misma, es mi manera de contarlo y espero que si véis el reportaje en el siguiente enlace os guste.

https://carlosprieto.org/galleries/semana-santa-en-barcelona-2/

 

©Carlos Prieto

©Carlos Prieto

Os invito a hacer el esfuerzo de fotografiar vuestra propia ciudad, sus gentes, sus costumbres pero siempre con vuestra perspectiva, de una forma subjetiva.

¡Hasta la próxima!

¿Cual es la mejor cámara fotográfica para hacer «street»?

Partiendo de la base que este es un análisis absolutamente subjetivo fruto de mi experiencia personal como fotógrafo de calle, haré un breve análisis de alguna de las cámaras con las que he trabajado. Estoy convencido que no todo el mundo estará de acuerdo conmigo ni tiene porque estarlo ni ser una guía doctrinal para nadie. Simplemente comparto mi experiencia con el uso de esas cámaras desde este foro -adecuado- de Calle 35.

Anotar que al hablar de cada cámara, anexo una fotografía realizada con cada una de ellas.

Parecía que habíamos dado con la cámara perfecta con la llegada de la tan esperada Fuji X-100, estética retro, visor híbrida, pequeña, silenciosa y por todo ello extremadamente discreta.

Pero parece que los ideólogos de Fuji han querido confirmar una vez mas aquella máxima de: “no existe la cámara perfecta”. Efectivamente, la X100 no es una cámara perfecta, de autofoco impreciso, perezoso y dubitativo. Ese es su máximo defecto, amén de sus problemas nocturnos de enfoque.

©Carlos Prieto. Fuji X100

Otro gran problema -absurdo e incoherente- es que si trabajamos en el modo “mixto”, nomenclatura de cosecha propia para describir el usar el sensor ocular para decidir si usar la pantalla de la cámara o el visor en función de acercarte la cámara a la cara o no. La cámara se vuelve prácticamente inservible, su rendimiento cae en picado, con un retardo en el disparador ridículo. La única forma de corregirlo es volviendo a utilizar sólo el visor desactivando la pantalla, y si es en modo óptico mejor.

Para mi es una buena cámara -excelente óptica y una gestión del color fantástica- pero con lagunas demasiado importantes hacen que lo que tenía que ser la cámara ideal se convierta en una cámara más. Otra cámara que he utilizado bastante es la Lumix GH-1, no es el último modelo de la gama de Panasonic pero señores uno no puede ir comprándose cámaras cada 8 meses.

©Carlos Prieto. Lumix GH1+14mm

El principal obstáculo que me encontré con esta cámara fue el visor electrónico, pero una vez que te acostumbras casi lo prefieres porqué te da total control de la escena, dicho de otro modo te “previsualiza” como va a quedar la imagen en su forma definitiva por el visor a tiempo real. Yo me he acostumbrado y lo cierto es que ya no lo veo como un defecto. El AF -a diferencia de la X100- es rápido, preciso y certero. Una excelente cámara con un sensor de extraordinario rendimiento hasta 800 ISO y aceptable a 1600.

El único pero -para cumplir la máxima- es que al disparar el obturador hace ruido, no mucho pero claro incomparable con la ausencia total del mismo de la X100.

Podemos seguir con la gama M de Leica, como usuario he utilizado la M8 y tiene diversas ventajas pero también defectos. Te permite trabajar utilizando la hiperfocal, por lo que te puedes permitir preocuparte solo del encuadre. La desventaja – y grande – es que de noche pierdes esta capacidad, y teniendo que utilizar el enfoque telemétrico para escenas improvisadas., sencillamente es inoperante. El otro gran defecto es que a partir de 640 ISO el ruido provoca que los archivos no se puedan utilizar.

©Carlos Prieto. Leica M8+28mm

Anotar que llevar una Leica en la mano es una experiencia bonita, pero no por ello tus fotos son mejores.

Otra opción, la única que había hasta hace apenas un par de años es la de llevar una réflex (Canon 5D en mi caso) con un objetivo fijo para minimizar el volumen que te da la asociación “cámara-lente”. El AF es el más rápido y preciso y por supuesto también puedes trabajar con hiperfocal.

©Carlos Prieto. Canon 5D+50mm

El “pero” te lo da el sonido del obturador, el tamaño de la cámara y el peso de la misma. No es una opción si quieres llevar la cámara encima siempre -por si acaso- pero si sales a fotografiar y sabes convivir con esos elementos los resultados pueden ser muy buenos. De hecho creo que mis mejores fotos las he hecho con esta asociación, aunque de eso uno nunca está seguro del todo.

Por último, vamos a adentrarnos un poco con las modas que igual que surgen desaparecen, hablamos del conocido programa Instagram, aplicativo del iphone para editar las imágenes que toma la misma cámara del teléfono al estilo analógico. Colores saturados más negros y blancos llevados al extremo. La ventaja de hacer fotografía con un teléfono es obvio, la desventaja es que dan archivos de baja calidad para la impresión.

©Carlos Prieto. iphone 4+instagram

En definitiva, cada cámara te da un tipo determinado de fotografías. No puedes pretender hacer fotografía espontánea con la X100 pero si con el resto, por ejemplo. En cambio si quieres fotografiar a menos de un metro sin que el fotografiado se entere, utiliza la x100, con la Lumix es más difícil aunque también se puede si juegas bien tus cartas.

Una ultima reflexión, obvia si queréis pero adecuada. No es la cámara la que te “hace” mejores las fotografías, yo mismo he hecho buenas pero también malas fotografías con todas esas cámaras. Más importante que la cámara es la mirada del fotógrafo.

Es imprescindible saber lo que quieres y buscarlo jugando tus cartas, determinadas cámaras ayudan pero no son decisorias.

Espero que os sirva mi experiencia y que compartáis vuestra experiencia con el resto.